Desde la implantación del tacógrafo inteligente de segunda generación (G2 y G2 V2), muchas empresas de transporte han empezado a recibir un volumen de alertas mucho mayor del que estaban acostumbradas.
No es que los conductores estén cometiendo más infracciones, sino que el nuevo sistema registra más información, cruza datos de forma automática y muestra avisos que antes pasaban desapercibidos.
Lo vemos a diario en flotas de todos los tamaños: gestores que no saben si una alerta es grave o simplemente informativa, conductores que se asustan ante mensajes que no entienden, responsables que creen estar incumpliendo la normativa cuando, en realidad, el tacógrafo solo está notificando una incidencia menor.
Este aumento de información es positivo, pero solo si se interpreta correctamente. Un error al evaluar una alerta puede llevar a decisiones equivocadas, a sanciones evitables o, al contrario, a ignorar un aviso que sí tiene importancia.
En este artículo analizamos cómo funcionan estas alertas, cuáles son los fallos más habituales al interpretarlas y qué pueden hacer las flotas para gestionarlas con criterio y evitar problemas en futuras inspecciones.
¿Por qué el tacógrafo inteligente de segunda generación muestra más alertas?
El G2 incorpora varias mejoras técnicas que han cambiado la forma en que el sistema recopila y procesa información:
- Capta automáticamente datos de geolocalización cada tres horas.
- Registra cambios de actividad incluso con mayor sensibilidad.
- Detecta manipulación o intentos de manipulación con algoritmos más avanzados.
- Se comunica con el DSRC en carretera, lo que obliga a registrar estados adicionales.
- Identifica desajustes entre vehículo y tarjeta con más precisión.
En otras palabras: hay más información y más capacidad de control, por lo que también hay más avisos.
Esto no implica necesariamente que el conductor haya cometido una infracción, pero sí que la flota debe acostumbrarse a gestionarlos.
Las alertas que más confunden a conductores y gestores
Tras analizar cientos de casos en flotas reales, estas son las alertas que más dudas generan:
1. “Interrupción de la fuente de alimentación”
Muchos piensan que es manipulación. A veces lo es, pero en la mayoría de los casos se debe a una intervención de taller, una batería descargada o un corte eléctrico no intencionado.
2. “Error en la tarjeta del conductor”
Aparece cuando la tarjeta está sucia, mal insertada o ha hecho mal contacto. No siempre indica un fallo real del conductor.
3. “Datos incoherentes entre vehículo y tarjeta”
El G2 es extremadamente sensible a las discrepancias. Un simple movimiento en taller puede provocar esta alerta.
4. “Cambio automático de país”
El tacógrafo lo hace de forma autónoma, pero si la señal no se actualiza correctamente, aparece como error.
5. “Actividad no válida”
Ocurre cuando se combinan pausas, disponibilidad y trabajo sin seguir exactamente el orden esperado por el sistema.
En la mayoría de estos casos, la alerta no es una infracción, sino una incidencia técnica. Pero si no se documenta bien, en una inspección puede generar dudas.
Errores habituales al interpretar alertas del tacógrafo inteligente de segunda generación
• Asumir que todas indican infracción
Muchos gestores reaccionan de forma exagerada ante alertas menores. Eso genera estrés y decisiones incorrectas.
• No registrar el contexto del aviso
Si el tacógrafo marca una incoherencia y no se explica por qué (taller, movimiento interno, etc.) la inspección puede interpretarlo como irregularidad.
• Ignorar avisos críticos pensando que son técnicos
Lo contrario también ocurre: algunos fallos sí están relacionados con el cumplimiento de tiempos o con el manejo del OUT, y se pasan por alto.
• No formar a los conductores
Un conductor que no entiende una alerta puede tomar decisiones erróneas: detener el vehículo sin necesidad o continuar sin registrar la actividad adecuada.
Cómo deben gestionar las flotas estas alertas en 2026
1. Analizar siempre el aviso junto al contexto operativo
El tacógrafo muestra el síntoma, no la causa. Por eso es fundamental revisar:
- Ruta del vehículo
- Situación en taller
- Últimos cambios de actividad
- Historial de tarjeta
2. Documentar cualquier incidencia técnica
Un simple justificante de taller puede evitar una sanción seis meses después.
3. Formar a los conductores en la interpretación básica de alertas
No necesitan saberlo todo, pero sí distinguir entre un aviso técnico y uno operativo.
4. Utilizar sistemas que consoliden alertas y las expliquen de forma clara
Aquí es donde la tecnología marca la diferencia: agrupar, interpretar y contextualizar el aviso.
Cómo ayuda Tadig a interpretar alertas del tacógrafo inteligente
Muchas empresas se apoyan en Tadig para no perderse entre avisos técnicos y operativos. La plataforma:
- Relaciona el aviso con los tiempos reales del conductor.
- Muestra si puede derivar en una infracción futura.
- Permite añadir justificantes y comentarios para auditorías.
- Facilita al gestor una visión clara antes de una inspección.
El objetivo no es tener menos alertas, sino entenderlas mejor para evitar sanciones y planificar con criterio.
Conclusión
El tacógrafo inteligente de segunda generación aporta más información y más control, pero también exige una interpretación más cuidadosa.
Las flotas que sepan leer correctamente sus alertas evitarán sanciones, mejorarán la seguridad y tendrán una operativa más profesional.
Con herramientas como Tadig, este proceso deja de ser un quebradero de cabeza y se convierte en una ventaja competitiva. Solicita una demo sin compromiso